En mi época como integrante de la “rondalla Frisby” en varias ocasiones Don Alfredo y Doña Liliana nos acompañaron. Fueron noches en las que disfrutaron bastante de nuestro repertorio, hasta altas horas de la madrugada. En las noches de talento, disfrutamos muchos momentos y nos felicitaba por nuestras presentaciones… En una de las noches de fiesta de fin de año, se dio la oportunidad para la universidad de mi hija, gracias a Don Alfredo, hoy por hoy mi hija es profesional, trabaja en la compañía y eso es algo que le agradeceré toda mi vida. Son recuerdos que siempre llevaré en mi corazón.