Es el estremecedor relato en el que Viktor Frankl nos narra su experiencia en los campos de concentración. Durante todos esos años de sufrimiento él, que todo lo había perdido, que padeció hambre, frío y brutalidades, pudo reconocer que, pese a todo, la vida es digna de ser vivida y la dignidad humana es indestructible. Frankl reflexiona con palabras de sorprendente esperanza sobre la capacidad humana de trascender las dificultades y descubrir lo que da sentido a nuestras vidas.