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Historias de Héctor Jaime Marín

  • Frisby empezando su expansión, cuando abríamos un restaurante nuevo en una ciudad nueva, él cogía una caja de pollo vacía, me entregaba otra a mí y nos íbamos a caminar por la calle alrededor del restaurante. Decía don Alfredo: “es para despertar curiosidad en la gente para que pregunte qué es eso que llevan en la mano …”. Era una forma de publicitar la marca en zonas aún desconocidas.
  • Cuando viajábamos a ferias en Colombia o a otro país, yo me le ” pegaba” a él y lo seguía a donde se metiera, pues el preguntaba muchas cosas de equipos nuevos, tendencias etc. y ahí yo aprendía demasiado.
  • Él siendo un hombre muy callado, al viajar juntos en un avión o, esperando en un aeropuerto, para que él me conversara, yo el día anterior leía algo nuevo de alguna cadena de restaurantes, le ponía el tema; en ese momento él se iluminaba y empezaba a hablar locuazmente del asunto. Era su pasión …
  • Una vez en un viaje a Chicago, dejé mi IPad en un carro de alquiler, no lo puede recuperar. En esos días fuimos a una tienda de Apple, pues yo quería reponer mi equipo. Yo estaba mirando algunos modelos de IPad, él se me acercó y me preguntó: ¿Cuál le gusta? Yo le mostré el que era. Cuando fui a pagarlo él estaba a mi lado y se me adelantó al pago. Me dijo: “yo lo invito”. Era el hombre muy generoso…
  • Después de una feria, una convención o algo parecido, siempre íbamos a caminar hasta la medianoche a conocer nuevos negocios y nuevos productos. Él se metía a todos los locales a preguntar y compraba de todo para probar. Yo ya estaba relleno de tanto comer, sin embargo, el me seguía dando y dando… Pues decía que ” en la vida uno debe probar sabores nuevos “. Era muy mecatero…

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